Pasó a mi lado por el pasillo y se quedó parada ahi, al alcance de la mano. Yo la miré y al toque hice la evaluación. Mujer, excedida en peso, qué tanto puede correrme? Y de última si me alcanza, la clavo y a la mierda. Pero no, no. Era para moco.
Ahí estaba a 40 cm de mi cara. Brillaba. Se veía pesada. Casi que no podía resistir el impulso. Estuve pensando en eso unos minutos que para mí parecieron horas. Finalmente me decidí y la agarré. Era como me la imaginaba. Fría, pesada. La sujeté firmemente por el mango mientras ella abría los ojos desmesuradamente. No daba crédito a lo que veía. Un tarado agarrando la 9 de una policía. Tardó en reaccionar y se comió un codazo. La 9 ya era mía, estaba en mi poder. Una sonrisa me surcaba la cara. Las pendejas que estaban adelante gritaron desesperadas cuando vieron lo que pasaba. Los negros del costado se tiraron abajo del asiento.
La cana estaba en el piso del pasillo. La apunté y le dije que se quedara quietita. Era pesada, la 9. La levanté y le disparé al parabrisas desde el fondo del colectivo.
Pendejas - Aaaaaaarrrrggghhhhh!
Negros - Uh, culiáh! Se puso la gorsha!!!
Cana - No!
Frank - A caiase! Nadie habla y hacen lo que yo digo, carajo!
Todos - ...
Frank - Chofer, acelere. Pase todos los semáforos en rojo, quiero llegar ya. Vos, negro, tocale la cola al otro negro.
Negro - Queloqué!?
Frank - Que le toqués la cola, carajo!
Negro - Pero io...
Se encontró con la 9 saludándolo de cerca. Y se encontró tocándole la cola a su amigo igualmente negro. Me reí.
Frank - Ahora, ustedes dos que recien estaban tan acarameladas acariciandose el pelo...
Pendejas - ...
Frank - Dense un beso de un puta vez! Me tuvieron aguantando dos horas y al final se sacaron fotitos no más!
Para mi sorpresa, empezaron a besarse. No pensé que lo harían, solo las estaba charlando. Mientras pensaba en lo que iba hacer a continuación el forro del colectivero agarró el bache más grande de toda la cuidad a mil. Me hizo trastabillar, tropecé con las piernas de la cana y me caí al piso. La 9 se escondió abajo de un asiento a metros de mis manos. Alcancé a ver cómo la cana se paraba, cómo los negros se acercaban y cómo las pendejas me señalaban y se cagaban de risa.
Frank - Uuuhhh, acá cagué.
Y cerré los ojos esperando la golpiza. En ese momento se dio cuenta de que hacía rato le miraba la 9 colgando de su cintura. Me hice el dolobu, miré para el otro lado y seguí escuchando música. Me parece que no es buena idea afanarle la 9 a un cana.
3 comentarios:
jajajajaaj como extrañaba leer cosas así.. al principio pensé que pensabas agarrarla a ella xD
me encanta.. me fascina!!
besos!!
Pues lea no más que hay mucho.
No importa lo bueno de todo es que las minas se besaron y eso justifica todo,
Abrazo
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